En general el blog esta constituido de observaciones y anécdotas junto a narraciones aun no publicadas que deseo compartirlas con ustedes estimad@os lector@s. El blogs está contruido como tomas de posición del autor ante hechos y circunstancias del cotidiano.
En este blog usted encontrará el lector escritos del Dr. Guillermo Carvajal Alvarado. Presento en este blog algunos cuentos y poesías, a la he dedicado parte de mi vida como académico.
SOMOS EDITORIAL Y LIBRERÍA ALMA MATER.
LIBROS, PANFLETOS PUBLICITARIOS, DIAGRAMCIÓN Y ARTES GRÁFICAS. ESTAMOS EN SAN PEDRO CALLE DE LOS GRAFFITIES.
En este blog usted encontrará escritos de Guillermo Carvajal Alvarado, aquí presentó la narrativa a la he dedicado parte de mi vida. Son obseervaciones, anécdotas y narraciones aun no publicadas que deseo compartirlas con ustedes estimad@os lector@s.
ELOGIO A LA VIDA DE BARRIO
Dr. Guillermo Carvajal Alvarado ( escritor ESCRO)
Los barrios son centros de concentración de ciudadanos, es decir, un barrio forma parte de una ciudad, de una Civitas que es la vida de la ciudad. Por eso el barrio es la célula que da origen a la vida ciudadana.
Los barrios siempre han llamado la atención de poetas, investigadores sociales, músicos, cantores y otras especies. ¿Quién no recuerda aquel famoso tango Melodías de arrabal? Con aquella estrofa que dice: "...Barrio, barrio que tenes el alma inquieta de un gorrión sentimental...".
Claro, si de versiones del tango se trata, me quedo con la del Pibe Solano Cascante, que desde que dejo frecuentar los bares no nos volvió a cantar. Y es que antes solía hacerlo y con mucho sentimiento en el viejo bar Medellín y lo disfrutábamos tanto, que hasta nos hacían agua los ojos. Así como nos hizo llorar su prematura partida hace apenas algunos meses. Pero su voz retumba en los oídos y en las mentes de quienes tuvimos el placer de escucharte José Miguel.
Volvamos a la música, recuerdan que hace un par de años, el grupo musical Kalúa puso nuevamente de moda una vieja canción ... Chambacú, Chambacú... mi lindo barrio querido... Chambacú... Chambacú... Para mi gusto siempre fue mejor la versión de los Machucambos, pero la discusión no es de gustos musicales, sino de ese sentimiento de arraigo al barrio que está presente hasta en la música que cantamos y bailamos.
Pero cuando se habla de los barrios, pocos recuerdan el tango y la rítmica música de Kalúa y se hacen una imagen distorsionada de sus habitantes, sobre todo en esta época donde ya casi no se fundan barrios, sino urbanizaciones, colonias, residenciales y otros nombres para evitar el denominativo de barrio y los que lo hacen, no saben lo que se pierden, porque si hay un lugar agradable para vivir es en un barrio. Y no es que en estos barrios vivan santos, bueno algunos merecerían ser canonizados, por las bondades hechas en sus vidas, pero hasta la Iglesia ve con recelo los barrios.
El ex arzobispo de San José nunca puso un pie en un barrio. Y mejor que no lo hizo porque podría haber perdido su peluca, y entonces si que tendría que pensar mal de nosotros. Pero tal vez, hubiera aprendido a no ser tan hipócrita, y a mostrarse con lo que el Señor le dio. Que los calvos también somos guapos, y la calvicie tiene sus ventajas, se lo digo yo que me quedé sin cabellera, claro cada vez que me asoleo se me queman las ideas.
Y no voy a discutir con ustedes, sin en el sur viven o no delincuentes, claro que no podría afirmar lo contrario. Ciertamente que alguno que otro raterillo y una que otra mujer de mal vivir, como les llamábamos a las trabajadoras del sexo, comparten con nosotros, sin discriminación y hasta nos reímos juntos, sí, también tienen derecho.
También viven pequeños expendedores y consumidores de sustancias prohibidas por la ley. Pero el envenenamiento que vive el país, no tiene nada que con la vida de barrio. Que yo sepa en el barrio he visto mecha, ahora piedra y cemento, pero cocaína, heroína, éxtasis, hachís, esos nombres ni los conoce la juventud de los barrios y los más viejos desconocen, los ignoran del todo.
Pero vaya usted a ver si Eloy Jota, hace operativos donde viven los ricos, a esos los deja en paz y se empecinan con el escarnio público de los sectores populares. Sólo para que la opinión pública piense que velan por nuestra seguridad y para que la tara que ocupa el puesto más relevante salga por la tele hablando de decomisos e incautaciones masivas en tal o cual sector al sur de la Capital.
Si en el fondo somos tan buenas gentes, que nos pusieron al lado la cárcel de San Sebastián. Para ver sí los que asaltaron el Banco Anglo, Compensación Social y otros fondos públicos respirando los aires y vientos sanatoriales de por estos lados, se contagian de la bondad que abunda en estos barrios.
En general el blog esta constituido de observaciones y anécdotas junto a narraciones aun no publicadas que deseo compartirlas con ustedes estimad@os lector@s. El blogs está contruido como tomas de posición del autor ante hechos y circunstancias del cotidiano.
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EL CRONOS Y LA CLEPSIDRA
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ESTAMOS EN SAN PEDRO DE MONTES DE OCA. Y RECUERDE UN LIBRO SIEMPRE ES Y SERÁ SU MEJOR COMPAÑIA.
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En este blog usted encontrará escritos de Guillermo Carvajal Alvarado, aquí presento la parte narrativa a la he dedicado parte de mi vida. Son observaciones anécdotas y narraciones aun no publicadas que deseo compartirlas con ustedes estimad@os lector@s.
EL CRONOS Y LA CLEPSIDRA
© Guillermo Carvajal Alvarado
Escritor (Grupo ESCRO)
El cronos que es medición y lo simboliza una clepsidra temblorosa de dos recipientes en forma inversa y simétricamente sostenida un puñado de arena grano a grano cada individualidad marca el paso de una fracción de tiempo.
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Encuentro de por si, siempre misterioso, que es un encuentro carnal y amoroso entre seres de géneros opuestos y complementarios, si ese encuentro precedido siempre de un despliegue portentoso de energía del cual asomamos a la vida en una minúscula criatura frágil, tan frágil tan minúscula y es toda un concentración de energía en expansión. Así nacemos y en esa fragilidad dormita una especie distinta y diferente a las miles y miles de especies que como nosotros pueblan el planeta.
Especie diferente marcada por la razón y la sin razón de sus actos, marcada por el cronos colectivo de cada instante, de cada momento, de cada tiempo como se suele decir de cada época, somos seres de nuestra época. No podemos ni anteceder ni posponer nuestro tiempo, vivimos en él y al debemos responder por nuestros actos.
Este encuentro-recorrido esta siempre matizado por la atracción y la emotividad de cada uno de nosotros, y en esa emotividad que es el amor nos lleva a prolongar la permanencia del ser humano en el orbe.
Este recorrido entre la vida y la muerte largo o corto se inicia en aquel encuentro furtivo, en la cópula entre seres complementarios; encuentro que dará sello e individualidad y huella al cronos interno de todos y cada uno. El cromos individual se puede estropear y la vida que es siempre continuidad se convierte en otras formas de materia y por eso dejamos de existir como individuos y dejando de existir podemos darle continuidad a la vida a través de nuestros descendientes.
Lo que da continuidad a la especie es ese acto continuo e irrepetible en que seres complementarios deciden copularse y prolongar la vida y con ellos la permanencia de la especie y para la preservación de la especie ya no es necesaria que todos y cada uno de nosotros se aparee, con solo que unos pocos especímenes que lo hagan se asegura la permanencia planetaria del homo sapiens sapiens.
Todo el recorrido humano, de un extremo al otro esta precedido siempre por el cronos la partida de cada uno cierra el cronos individual pero deja vivo el cronos colectivo, el cronos especie.
Y es que es lo que somos tiempo, cronos, razón, acción pensamiento cada uno a su manera, cada uno entre colectividades que marcan la época y el tiempo de cada pueblo, grupo, familia, etnia, nación y estado que son las formas de organización en que hemos convenido en agruparnos.
Y somos y seguiremos siendo cronos, habitantes del tercero de los planetas del sistema solar, minúscula especie enseñoriarada que apenas empieza comprender la necesidad de respetar otros cronos cuyos sinos aun nos comprendemos.
Para ti hermana y hermano de nuestros tiempos, cronos de mi cronos, mujer y hombre ciudadano, levantada y cambia, levántate y asume el cronos de tu tiempo el cronos de nuestro tiempo.
Sol y luna, día y noche nos indican el recorrido de nuestras vidas desde el momento mismo de la concepción en aquel hermoso encuentro amoroso hasta el final en cualquier etapa de la vida cronológica de un ser individual que es la vida de cada ser, que es su cronos individual y que cada vez más nos lleva a permanecer más tiempo en el cronos circulo giratorio en donde el cronos individual se ha enraizado por más años y que nos hace acabar nuestros cronos con poca movilidad, débiles y frágiles como nacimos pero rodeados de recuerdos que golpean y se arremolinan en nuestras frágiles cabezas, recuerdos a veces confusos y marcados por nuestro cronos particular.
La temporalidad marca el derrotero del ser humano, el cronos compañero inseparable, el cronos marca cada instante de nuestras vidas desde el momento mismo en que una bandada de minúsculos cabezoncillos juguetones encuentran el néctar en un nido donde reposar de su larga carrera después de un gemido de placer y dolor, conclusión de ese encuentro placentero de amor que es el comienzo de la vida.
La temporalidad marca el derrotero del ser humano, el cronos compañero inseparable, el cronos marca cada instante de nuestras vidas desde el momento mismo en que una bandada de minúsculos cabezoncillos juguetones encuentran el néctar en un nido donde reposar de su larga carrera después de un gemido de placer y dolor, conclusión de ese encuentro placentero de amor que es el comienzo de la vida.
Encuentro de por si, siempre misterioso, que es un encuentro carnal y amoroso entre seres de géneros opuestos y complementarios, si ese encuentro precedido siempre de un despliegue portentoso de energía del cual asomamos a la vida en una minúscula criatura frágil, tan frágil tan minúscula y es toda un concentración de energía en expansión. Así nacemos y en esa fragilidad dormita una especie distinta y diferente a las miles y miles de especies que como nosotros pueblan el planeta.
Especie diferente marcada por la razón y la sin razón de sus actos, marcada por el cronos colectivo de cada instante, de cada momento, de cada tiempo como se suele decir de cada época, somos seres de nuestra época. No podemos ni anteceder ni posponer nuestro tiempo, vivimos en él y al debemos responder por nuestros actos.
Este encuentro-recorrido esta siempre matizado por la atracción y la emotividad de cada uno de nosotros, y en esa emotividad que es el amor nos lleva a prolongar la permanencia del ser humano en el orbe.
Este recorrido entre la vida y la muerte largo o corto se inicia en aquel encuentro furtivo, en la cópula entre seres complementarios; encuentro que dará sello e individualidad y huella al cronos interno de todos y cada uno. El cromos individual se puede estropear y la vida que es siempre continuidad se convierte en otras formas de materia y por eso dejamos de existir como individuos y dejando de existir podemos darle continuidad a la vida a través de nuestros descendientes.
Lo que da continuidad a la especie es ese acto continuo e irrepetible en que seres complementarios deciden copularse y prolongar la vida y con ellos la permanencia de la especie y para la preservación de la especie ya no es necesaria que todos y cada uno de nosotros se aparee, con solo que unos pocos especímenes que lo hagan se asegura la permanencia planetaria del homo sapiens sapiens.
Todo el recorrido humano, de un extremo al otro esta precedido siempre por el cronos la partida de cada uno cierra el cronos individual pero deja vivo el cronos colectivo, el cronos especie.
Y es que es lo que somos tiempo, cronos, razón, acción pensamiento cada uno a su manera, cada uno entre colectividades que marcan la época y el tiempo de cada pueblo, grupo, familia, etnia, nación y estado que son las formas de organización en que hemos convenido en agruparnos.
Y somos y seguiremos siendo cronos, habitantes del tercero de los planetas del sistema solar, minúscula especie enseñoriarada que apenas empieza comprender la necesidad de respetar otros cronos cuyos sinos aun nos comprendemos.
Para ti hermana y hermano de nuestros tiempos, cronos de mi cronos, mujer y hombre ciudadano, levantada y cambia, levántate y asume el cronos de tu tiempo el cronos de nuestro tiempo.
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